martes, 12 de junio de 2007

El Levante

Nota Editorial: En la intención de romper con la endogamia local, hemos tomado contacto con la agrupación rosarina de El Levante. nos describen aquí una dinámica de trabajo que opera en circunstancias que bien pueden ser similares a las nuestras. Agenciamiento de prácticas y discursos que pretenden darle mayor significación a la praxis artística en los procesos de socialización que aquella involucra. Similitudes de contexto entonces, pero diferentes modos de afrontar el desafío.


La Fundación El Levante alberga, desde el 2003, el Taller, el Espacio y el Programa de Residencias e Intercambios para artistas. Además funciona, como bar, milonga y lugar de espectáculos. Estos rápidos cambios de escenario lo convierten en un sitio elástico, propicio para la experimentación. Gracias a esta elasticidad, El Levante puede ser pensado como un escenario sumamente dinámico donde plantear qué tipo de vínculos necesitamos establecer y la forma en que deseamos hacerlo.

Rosario es una ciudad de un millón de habitantes en la pampa húmeda, al sur de la Provincia de Santa Fe frente al río Paraná, que se desarrolló junto al crecimiento de su puerto según el importante rol que el modelo agro exportador le asignaba a principios del siglo pasado. La aplicación de políticas neoliberales en los 70 y 80 dieron lugar, en la década siguiente, a un fuerte proceso de globalización. Las consecuencias directas e indirectas que el proceso de globalización tiene sobre las economías locales con su arrolladora liberalización de las barreras comerciales, producción trasnacional efectuada en plazas de salarios paupérrimos y la movilidad no regulada de capitales se traducen en el cierre de fuentes de trabajos, pérdida de manejo de decisión en las políticas económicas regionales, expulsión de mano de obra y marginalidad. Desde la década del 90 los niveles de exclusión y marginalidad han ido siempre en aumento llegando la desintegración social a ser de un grado intolerable. Rosario está constituida por múltiples realidades, que raramente tienen contacto entre sí y que cuentan de modo totalmente diferente no sólo cómo nuestra sociedad se representa sino también, que ponen en tela de juicio el sentido del concepto mismo de sociedad.

Nada tiene tal vez, en la Argentina de los últimos años, más entidad que el colapso del Estado y pensamos que el campo cultural no es ajeno a estas problemáticas.

El Levante surge como una necesidad de posicionarse en la búsqueda de prácticas y discursos que sean verdaderamente significativos y se visualicen como alternativos a prácticas hegemónicas en lo político cultural. En esa dirección es que intentamos pensar El Levante desde nuestras propias convicciones y experiencias ejerciendo una mirada crítica sobre las mismas e intentando construir una metodología diferente en el sentido de las relaciones que queremos poner en práctica.

La situación presente nos obliga a repensar metodologías y modelos establecidos y naturalizados para intentar construir un pensamiento y una acción transformadora en el campo cultural y social. Pensamos que es necesario inventar otras prácticas.

Para ello quisimos partir desde Rosario, producir conocimiento desde Rosario y no desde una mirada dependiente y focalizada en Buenos Aires. Pensamos en la necesidad de mantener una tensión entre un pensamiento artístico globalizador y nuestras condiciones particulares. Lo artístico definido desde estas condiciones, construido desde un espacio específico en un contexto que tiende a instrumentalizar las manifestaciones no sólo artísticas sino sociales y participativas de manera encubierta.

Desde El Levante queremos reflexionar críticamente las condiciones del arte y la cultura y dejar abierto un espacio para el debate. Nuestros proyectos se basan precisamente en intentar una comprensión crítica de la situación socio político cultural por la que estamos atravesando. Para ello hemos tomado contacto con algunas instituciones que si bien no están relacionadas directamente con el campo artístico sí lo están con el ámbito cultural y estrechamente ligadas a prácticas sociales. Todos estos aspectos componen una preocupación más amplia de pensar y practicar modos en que El Levante pueda contribuir a la construcción de una producción o práctica artística que tenga algún tipo de incidencia en la vida de la ciudad y de sus habitantes.

Entendemos que la manera en que podemos construir una alternativa es siendo auto-críticos y abiertos a los debates e intentando otros tipos de relaciones, de formas de pensar y de abordar la producción artística en relación con el contexto. Queremos contrarrestar los mecanismos de máxima visibilidad y la “carrera de artista”, intentando métodos diferentes de producción, circulación y distribución, y construir otros públicos.

Vemos la necesidad de romper con la lógica público-consumo donde criterios de marketing dan lugar a políticas culturales que trabajan desde la concepción de un público preexistente banalizando y empobreciendo la experiencia cultural, eliminándola en base a una falsa participación que tapa los conflictos reales generando un discurso no crítico y desmovilizador.

A partir del tipo de convocatorias y de las metodologías que ponemos en práctica queremos cuestionar las concepciones dominantes respecto de la producción, el consumo cultural, el rol del arte y del artista en la sociedad contemporánea. Consideramos que estas concepciones no son inamovibles y meramente reproductivas de las ya existentes sino que creemos en un abanico de posibilidades nuevas, de nuevas formas de sociabilidad. Esto nos permite pensar en una dimensión de una esfera pública cultural crítica y democrática.

Este ejercicio de trabajo grupal y participativo que estamos realizando aparece como un desafío en una sociedad profundamente aferrada a concepciones individualistas y competitivas en el campo cultural.

Intentar un modelo orientado a la experimentación de formas de autoorganización y auto aprendizaje para producir nuevas modalidades que puedan dar lugar a formas de articulación de procesos artísticos y sociales y superar las viejas divisiones de actor y espectador, de productor y consumidor. Esto significa repensar y redefinir nuestras prácticas desde nuevas formas de concebir lo social y lo artístico pensándonos como protagonistas y no como meros reproductores, metodología que concibe la formación como un aprendizaje que se deriva de las necesidades inmediatas y se produce en un contexto de confrontación directa con los problemas y luchas reales que tienen lugar en la sociedad.

Más allá del régimen de visibilidad dado por la exposición creemos que es posible restaurar formas de apropiación subjetiva de métodos artísticos en proceso, en los márgenes y fuera del museo.

Caminar la periferia de lo artístico manteniendo una tensión entre la autonomía artística y aquello que forma parte de las diversas prácticas sociales de la vida cotidiana

El Levante es un proyecto concebido como proceso. Es nuestra colaboración a una redefinición de una práctica artística que fuerce los límites y contradicciones del campo institucional del arte.

Actualmente el equipo que coordina El Levante está formado por:

Mauro Machado, Graciela Carnevale, Lorena Cardona y Luján Castellani (María Spinelli formó parte del equipo durante 2005)


Rosario, junio 2006

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