sábado, 23 de junio de 2007

Proyecto Mendicus en la casa azul. Reencantamiento de la mirada a partir de la soledad

Luis Arias Estrada


El mercado del sol ha entrado en el cuarto / Y el cuarto en la cabeza zumbadora.]

Para aceptar la imagen, hay que oír la imagen, vivir este extraño rumor del sol que entra en un cuarto donde se está solo, porque, es un hecho, el primer rayo golpea fuertemente las paredes. Esos ruidos, sin duda, los oirá también -más allá del hecho- el que sabe que cada rayo del sol acarrea abejas. Entonces todo zumba y la cabeza es una colmena, la colmena de los ruidos del sol.

Tristan Tzara

Carolina Maturana es una artista visual de Concepción, que nos sugiere el espacio de trabajo como un espacio de reflexión, en torno a la obra y “el paisaje otro”. Este es un nuevo escenario para su obra. Lo planteo de esta forma por la noción de teatralizaron y puesta en escena de una especie de teatro épico, como lo plantea Benjamin a partir de la obra de Brecht. En tal sentido, la separación entre los actores y el público ha visto trastocada su cualidad. Ese abismo cuyo SILENCIO acrecienta la nobleza y drama y cuya resonancia aumenta la embriaguez en la opera, abismo que comporta mas imborrablemente que cualquier otro elemento de la escena las huellas de origen sacral, ha perdido su función. La escena está todavía elevada, pero ya no emerge de la hondura inescrutable; se ha convertido en podio.

Esta mirada sirve para aclarar o complejizar la noción de escena que tiene que ver con la articulación de nuevos códigos en el arte contemporáneo en nuestro país. Este viraje del arte contemporáneo se articula con la escena de avanzada y sitúa estos nuevos códigos de transferencia del arte.

Sobre la relación de la obra “álbum de familia” y la noción de teatralizacion épica hago la reflexión con la ausencia de los actores y la piel funciona como texto reconocible en una puesta en escena desde la soledad. Carolina nos dice:

El Proyecto Mendicus consiste en la producción de una serie de ejercicios de reflexión en torno a los escenarios de la marginalidad, de la soledad. Es, desde estos escenarios, que proyecto una serie de instalaciones en las cuales doy cuenta, a modo personal, de determinados momentos de “contracción” y “distensión” de esa marginalidad. En “Álbum de Familia” propongo una clasificación de ropas que están dispuestas a la observación en bolsas, donde el traje, sustituye representacionalmente al cuerpo, y da cuenta del quiebre de una identidad, con historias de memorias comunes “donde los objetos cotidianos nos acercan a la ausencia y a la inevitable muerte”.

En esta representación Mendicus nos sitúa en el centro de nuestros propios escenarios como un espejo de una realidad velada. Es un escenario vacío donde el sol de la soledad golpea nuestra realidad, un ejercicio del caminar y mirar la ciudad del mendicus, nuestra ciudad.


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