domingo, 13 de enero de 2008

Malezas en la vereda

Despertar al lado de algo sin importancia

Por Francisco Bruna Zalvidea


Lo primero que hago en la mañana es ver algún tipo de almohada que cubre mi cabeza, siempre está sobre mi oreja derecha, creo que es porque con esa escucho menos, así, como sufro de insomnio o como diría otra persona, de “sueño liviano”, me puedo dormir más rápido. Luego, dentro de ese lapsus en que no sé si ir al baño o seguir contando las tablas del techo, diviso una serie de papeles o boletas de alguna compra o ida a algún ciber café, no distingo mucho, pero en fin, a ratos siento que mi pieza está llena de cosas: una rama seca de algún “domingo de ramos”, cuadernos viejos, la máquina de afeitar, ropa, cassettes que ya no escucho y uno que otro diario con sus respectivos puzzles a medio terminar.

Si esto no fuera un ensayo entonces pensaríamos que es una mera descripción de algún tipo de acontecimiento que para cualquiera resulta familiar, más bien una rutina sin importancia, aún así me detengo precisamente en el hecho de “observar y percibir” (aunque suene romántico) nuestro alrededor más cercano.

Si bien es cierto que hace bastante tiempo las artes visuales rondan, a veces resbaladizamente, por las fronteras de la cotidianeidad, considero importante poner ojo en pequeñas bifurcaciones, más que nada entorno a la mirada del artista frente a la realidad, no tanto por querer vislumbrar algún tipo de salida o respiro frente a las nuevas tecnologías y las influencias de éstas en el último tiempo, sino como un fenómeno que, aún cuando sigue perdurando, presenta diversas visiones y replanteamientos.

Cito particularmente la exposición que se presentó el pasado mes de febrero en el centro Cultural Palacio de la Moneda, en Santiago de Chile, titulada “In Print”, una muestra de grabados ingleses contemporáneos donde podíamos observar trabajos de Damien Hirst, los hermanos Chapman, Gary Hume, etc. Lo inusual de esta exposición es que muy pocas veces me detengo tanto rato a contemplar una obra o exposición, pero esta sí lo logró. Me interesó particularmente el trabajo de Michael Landy con su obra “Nourishment”, un portafolio de seis grabados en metal en el cual retrataba una serie de malezas recogidas de las veredas de Londres con una técnica envidiable. Lo impactante de esta obra no es precisamente la habilidad del artista como grabador, sino más bien el motivo o la mirada frente a un suceso urbano que tiende a transparentarse como hecho visible.

La gran diferencia de los artistas británicos con los sudamericanos, o por lo menos una de las características que los definen y los diferencian de nosotros, es su mirada aparentemente perpleja frente a la realidad, distante a ratos y sin mayores complejidades tanto formales como teóricas, que se demuestran a simple vista en “In print” por ejemplo, sin ánimo de reconocer en ello una problemática sudamericana frente al grabado y su inserción o desplazamiento hoy en día, el que no viene al caso. Más bien, lo que resulta interesante es cómo a partir de una técnica milenaria podemos advertir notorias tendencias hacia un lenguaje contemporáneo, incluso sin perder las características propias del grabado como el enmarcado o simplemente el hecho de estar colgado a una muralla. Artistas que hoy en día trabajan con video, performances o instalaciones, se dan el tiempo de crear obras que muchas veces son “excesivamente” desplazadas llegando a confundirse con obras objetuales o de una aparente exacerbación frente a la experimentación.

“In print” vuelca nuestra ansiosa mirada de lo extraordinario hacia un aspecto mucho más sutil, hacia la belleza de las cosas sin importancia. Por ello es que creo necesario un juicio más reflexivo, un juicio del ocio quizás como forma de detenernos frente a este tipo de situaciones: un papel, una servilleta, una basura, etc. Un juicio o reconocimiento de la realidad permanente, a veces llevadera y resbalosa a ratos.

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