domingo, 31 de agosto de 2008

Entrevista a Beatriz Lemos

por Rosa Apablaza

abril 2008

Beatriz Lemos es Licenciada en Historia del Arte por la Universidad del Estado de Río de Janeiro. Desde 2002 trabaja como asistente en la área de investigación y curatoría del Museo de Arte Contemporáneo de Niterói, donde organizó y catalogó la obra de los artistas Ricardo Ventura, Márcia X., José Bechara y Suely Farhi además de complementación del Acervo Documental de Arte Moderno Quirino Campofiorito. Participó de la creación del CD-ROM Cronología da Arte Brasileira, editado por la Fundación Nacional del Arte. Realizó co-curatoría de exposiciones y eventos multimedia como Sissomia, Coletiva ECOS e Incorpo(R)ações, reuniendo mas de 160 artistas. Fue asistente de curatoría de la exposición Márcia X Revista, contemplada como una de las diez mejores exposiciones del año 2005 en Brasil.

Participó como productora cultural del programa Rede Nacional de Artes Visuias – coordinado por la FUNARTE – en diversos estados del país. Actualmente es investigadora del Proyecto Paulo Werneck, artista muralista brasilero.

En el año 2008 participa en la Conferencia “Fora do Eixo”, en la ciudad de Brasilia, además de realizar la curatoría y coordinación del proyecto 4Territórios (http://www.4territorios.blogspot.com/) con recursos del edital público Conexões Artes Visuais patrocinado por la FUNARTE y Petrobrás.

Desde el año 2006 viene implementando el Proyecto Intercambios, con el que realizó una serie de visitas a Chile, Colombia y Argentina, motivo por el cual se realizó esta entrevista.

Recientemente estuvo en la 17ª edición de ArteBa 2008, presentando su Proyecto intercambios.

Rosa Apablaza: ¿En que consiste el Proyecto Intercambios?

Beatriz Lemos: El proyecto consiste en la investigación de los circuitos artísticos latinoamericanos y la activación de redes de contacto entre el circuito de Brasil y de los demás países del continente. La investigación tiene como base la catalogación de artistas latinoamericanos que abordan conceptos acerca de las innumerables identidades culturales en América Latina, centrado en las producciones que se desarrollan a partir del año 2000.
A partir de las investigaciones realizadas a través de viajes a los diferentes países, el objetivo del proyecto es proporcionar un banco de datos virtual con el resultado obtenido en la catalogación.

RA: ¿Por qué delimitas la investigación a los artistas que han iniciado sus producciones artísticas o tienen un auge de ella a partir del año 2000? ¿en que sentido te parece determinante esa fecha?

BL: Toda investigación necesita un punto de vista que la haga posible. En mi caso opté por la producción realizada a partir del año 2000 por ser un paradoja en términos de intercambios artísticos. Es la producción de la actualidad, pero la que al mismo tiempo tiene menos circulación en otros países. La idea del proyecto surge de la constatación de una carencia de información entre el arte brasileño y los demás países en América Latina.
Cuando se trata de jóvenes artistas o la actual producción de artistas con más trayectoria, la carencia es más significativa. Además de eso, como quiero conocer y hacer conocer los países a través de los artistas, pienso que saber cómo un joven - como yo - dialoga con su entorno y su realidad, o como un artista más consagrado por el tiempo encara la contemporaneidad en su obra, es una buena manera de aproximar esos circuitos y activar esas redes

RA: Pensando el “banco de datos virtual” como un espacio de circulación y contacto entre artistas latinoamericanos, que podría extender sus áreas de acción más allá del territorio latinoamericano: ¿te parece importante que además de construir un espacio de circulación y contacto al interior de Latinoamérica, funcione como una plataforma de difusión del arte latinoamericano joven fuera de Latinoamérica?

BL: ¡Claro! Ese es el objetivo de una base de datos. No solamente catalogar e identificar para la posteridad, sino también organizar y concentrar determinadas informaciones que faciliten la búsqueda de un investigador o un interesado externo. El proyecto está para aproximar esos circuitos y divulgar a esos artistas. Una vez que tenemos la posibilidad de la herramienta internet, el alcance territorial es mucho mayor. Un trabajo de arte pertenece al mundo. Si un artista detecta en su obra cuestiones restrictas de su cultura o cotidiano, el desea mostrar eso al mundo y no exclusivamente a su país.
Aprovechando esta pregunta voy a tocar otra cuestión que es muy importante para entender mi interés en la búsqueda de esas identidades culturales. No creo en una única identidad o mucho menos en un sujeto latinoamericano. Creo esencialmente que la multiplicidad de culturas es la base que forman la identidad en América Latina. En ese punto nos distanciamos y aproximamos simultáneamente. De esta manera trabajos que abordan el concepto de identidades culturales son trabajos que muestran exactamente esa miscegenación cultural y que, salvo excepciones, evidencian las semejanzas históricas, sociales, económicas y políticas.

RA: Considerando que a pesar del uso de la tecnología, la formación de redes a través de internet y la “socialización del conocimiento”, los artistas latinoamericanos continúan aislados: ¿cuáles crees que serían las principales causas de esta separación y su consecuente aislamiento que continúan viviendo los artistas latinoamericanos?

BL: Existen dos relaciones en ese punto: el aislamiento entre artistas de diferentes países latinoamericanos y el aislamiento de esos artistas con circuitos artísticos de otros continentes.
En el primer caso me parece que ese distanciamiento ocurre por factores culturales. Tenemos un histórico en común de periferias y dominaciones. Nuestro mercado de arte por tradición no es fuertemente consolidado. Somos el Nuevo Continente que por mucho tiempo se reflejó y aspiro el Veijo Continente y mas tarde la American way of life. Felizmente esa postura y visión están cambiando. Los mercados acá ya son consistentes y ahora el papel se invierte. Críticos, teóricos y artistas europeos o norteamericanos buscan nuevos aires y posibilidades en mercados y circuitos no tan viciados o desgastados. América Latina esta de moda! Eso en todos los ámbitos, no solo el artístico. La diferencia es que el redescubrimiento contemporáneo de América Latina sucede de manera comprometida. Los tiempos son otros... Creo que estamos viviendo el inicio de una nueva mirada.
La sociedad intelectual del mundo se preocupa de los derechos humanos, cívicos y reparaciones de los errores de sus antepasados, de una manera general y de forma respetuosa. El lado positivo de ese interés extranjero es que estamos en un período de oportunidades igualitarias y con una gran apertura de los trabajos artísticos fuera de América Latina. Esta situación ya no funciona como productos exóticos, sino como profesionales respetados y reconocidos.
Lo contradictorio en esta historia es que solamente a partir de esa revalorización desde el extranjero, es que tuvimos la curiosidad de mirar para el lado y conocer a los vecinos. Esto no es solo referido a los factores culturales.
Las redes de contactos entre artistas se están fortaleciendo y generando productos y colaboraciones a través de proyectos independientes o institucionales. Los países se están descubriendo y reconociendo unos con otros. El camino es largo, pero extremamente interesante.

RA: A mi parecer, el arte latinoamericano no requiere que se consolide un mercado, menos aún mediante inversiones extranjeras, pues podría llegar a pasar lo mismo que ha ocurrido con la privatización de los recursos naturales. Pienso que lo que necesitamos es que se consolide un tipo de arte “crítico”, “social”, que sea acorde a las condiciones , características y necesidades de Latinoamérica. En ese sentido ¿Crees que los jóvenes artistas latinoamericanos se están haciendo cargo de los problemas sociales y políticos que aquejan a Latinoamérica? ¿Es necesario y eficaz hacerse cargo a través del arte de esos problemas?

BL: Intento pensar siempre en el artista como un profesional activo en la sociedad. El papel del artista es ‘hacer pensar’ sea pensar en cuestiones de la vida real o cuestiones de la esfera artística como un todo. Creo que existen dos vertientes de trabajo en las artes visuales: artistas que necesitan trabajar acerca de sus vidas cotidianas, o sea, trabajos que denuncian su localidad o realidad y, paralelamente, encontramos la vertiente de artistas cuyas obras abordan conceptos que no dependen de situaciones geopolíticas o situaciones individuales especificas. Artistas que se interesan por cuestiones formales, visuales o preocupaciones restringidas al universo de la historia de la arte.
En nuestro contexto latinoamericano, podemos encontrar las dos vertientes artísticas muy bien representadas. Al mismo tiempo, tenemos una trayectoria histórica común marcada por conflictos políticos, sociales y económicos - que se transforman en lo que yo entiendo como una identidad cultural común entre esos países.
Intentamos no restringirnos al ‘rótulo del artista de solo un sitio’, buscando alimentar un lenguaje internacional y globalizado. Tenemos muchas influencias del exterior, además somos fruto de una múltiple miscegenación. Eso también se transforma en nuestra identidad. Bueno, respondiendo tu pregunta, creo que los artistas jóvenes están apuntando a cuestiones sociopolíticas y eso es fundamental para ‘hacer pensar’ una sociedad. Particularmente, en esta investigación para el Proyecto Intercambios, mi foco son artistas de esa primera vertiente, pero no creo que todos deban enfocarse solo en eso. En un circuito artístico saludable debemos tener múltiplas referencias y abordajes, eso se evidencia en nuestro continente, no solamente en el campo del arte, sino también en otras áreas. Es un continente ‘joven’, que se permite a la miscegenación de la información, cada vez mas auto afirmada y creyendo en ese lenguaje.
Son profesionales que se permiten la novedad y que rompen los patrones. Siempre me acuerdo de la frase del cineasta argentino Octávio Getino en una conferencia en Rio de Janeiro: “América latina debe salir de la fase de la adolescencia, que es la fase de los reclamos para entrar en la juventud, que es la fase del soñar y de criar sus propias utopías”. Claro que nuestros reclamos no son sin sentido y tampoco debemos detenerlos, pero concuerdo que tenemos que criar nuestro propio concepto de utopía. Estamos en ese momento de transición y para cambiar esa parte de nuestra historia del arte, debemos invertir en una base crítica y de formación de pensamiento. Tenemos que cualificar mas profesionales que asimilen y registren esa gama de situaciones, emociones, realidades y culturas en nuestro contexto y de como eso rebate en nuestra arte.

RA: Podríamos decir, que la “producción artística” brasileña a lo largo de la historia, se ha caracterizado por el surgimiento y desarrollo de diversos proyectos colectivos, como una forma de llevar adelante proyectos sociales, colaborativos, críticos, autogestionados, etc. En relación a los distintos “contextos” que has visto en los viajes que has realizado por Latinoamérica para la realización de tu proyecto, consideras que esta forma de trabajo podría ser una característica de los distintos contextos artísticos latinoamericanos?
¿Podrías hablar un poco de las similitudes, diferencias, de los “modos de hacer”, las estrategias, gestiones, sistemas, recursos, etc. que se llevan a cabo en los distintos “contextos” que has visitado?

BL: El Proyecto Intercambios hasta ahora realizo tres etapas: Colombia, Chile y Argentina. Lo que puedo decir de esas tres experiencias y sumadas a mi conocimiento de los varios ‘brasiles’ que coexisten dentro de un único país, es que existe un ‘modo de hacer’ latinoamericano, o mas precisamente sur americano, que se conecta a través de lo que tenemos en común: los contextos históricos periféricos, coloniales y la diversidad cultural. Artistas autogestionados y con múltiples funciones, circuitos artísticos dependientes del Estado, escasos recursos para cultura y las desigualdades educacionales son situaciones que encontramos en todos los países de Sudamérica.
En ese panorama en común surgen propuestas que se centran en la colectividad, en las estrategias alternativas al circuito tradicional, en movimientos de revolución del uso y acceso de las tecnologías y de la información, el interés en los intercambios entre personas y la circulación del trabajo a través de redes virtuales o humanas.
En Cali conocí un espacio genial, Lugar a Dudas, que empieza como una actitud independiente de un artista, se fortalece con apoyos internacionales y se transforma en referencia de espacio para arte contemporáneo en aquel país. En Valparaíso, la Galería h10 que es una vidriera de aproximadamente un metro cúbico, totalmente gestionada con recursos de una pareja de artistas, que en seis años ya ha realizado decenas de exposiciones y es buscada por reconocidos artistas nacionales e internacionales. Lo mismo ocurre en Santiago de Chile con la Galería Metropolitana, con Casa 13, en la ciudad de Córdoba, Argentina y en el espacio e/ou, en la ciudad de Curitiba, Brasil. Son ejemplos de espacios que surgen por una carencia de oportunidades en sus contextos de origen y en seguida se transforman en sujetos actuantes, no solamente en aquel universo sino también con proyección hacia fuera.
Otras estrategias que, en su mayoría son gestionadas por artistas, contando con apoyos privados, son los espacios de residencias que proporcionan la oportunidad de intercambios culturales e investigaciones artísticas. Buenos ejemplos son Capacete en Río de Janeiro, Crac en Valparaíso, El Basilisco en Buenos Aires y, nuevamente, Lugar a Dudas en Cali. Estrategias que mueven el circuito y hacen la diferencia.

Links:

Galería metropolitana: http://www.galeriametropolitana.org/
Lugar a dudas: http://www.lugaradudas.org/
El Basilisco: http://www.elbasilisco.com/
Crac: http://www.cracvalparaiso.org/
Casa 13: http://www.casa13.org.ar/
Proyecto 4Territórios: http://www.4territorios.blogspot.com/
Mac Santiago de Chile: http://www.mac.uchile.cl/

Corrección de texto: http://www.arteycritica.cl/

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