domingo, 6 de diciembre de 2009

LA BIENAL DE VENECIA DE BOGOTA - BVB

Franklin Aguirre


Preámbulo

En 1995 la Bienal nació en Bogotá, como una posibilidad de extender el arte a nuevos espacios y nuevos públicos. La Bienal puede verse también como un entreacto, como el intermedio de una película, como un enunciado abierto, un laboratorio multidisciplinario, un constructo cultural, un work in progress.

Este evento, comenzó como un juego de palabras en torno a la Bienal de Venecia de Italia, pero a diferencia de su referente europeo, La BVB plantea otro tipo de relación con los espectadores al involucrarlos de manera estrecha y activa en el proceso de creación, realización, inserción y puesta en circulación de las prácticas artísticas que en ella tiene lugar. La Bienal de Venecia de Bogotá, lejos de ser un simple muestrario de obras autobiográficas, tan cotidianas en museos y galerías habituales, es un evento que ha optado por el barrio como temática básica, extendida hoy a la localidad de Tunjuelito[1] al sur de Bogotá. Además, este evento se ha convertido con el paso del tiempo en una sintomática vitrina para el arte contemporáneo colombiano y su relación con lo cotidiano local, lo barrial y lo urbano.

El carácter In Situ de la Bienal ha dado forma tanto al sentido de la Bienal como a los proyectos artísticos relacionales que allí se suceden.

Justificación

La Bienal de Venecia de Bogotá (BVB) se realiza porque se considera de gran importancia que a través de las expresiones artísticas se desarrollen procesos pedagógicos desde y hacia la comunidad, que apunten a dotar al barrio de espacios simbólico-culturales. En este nuevo contexto, podrán desarrollarse y optimizarse las potenciales expresiones y prácticas culturales que se vienen gestando desde su interior.

Misión

La Bienal de Venecia de Bogotá (BVB) busca que la comunidad y los artistas se acerquen mediante una estrategia pedagógica que toma el arte como su actividad y se articula con el contexto del barrio. La pedagogía, en el marco de la Bienal, es un espacio donde circulan y se confrontan distintos saberes en torno al arte, su papel, sus audiencias. Así, la BVB pretende apoyar la búsqueda de la propia comunidad para transformar sus formas de vida, explorando con ella nuevos elementos de interpretación de su cotidianidad, nuevos referentes para leer y experimentar su relación con el espacio urbano, el barrio y consigo mismos.

De este modo la BVB aporta nuevos elementos y estrategias, a los esfuerzos que se vienen haciendo desde distintos sectores, sociales, públicos, profesionales y académicos para actualizar conceptos y prácticas de lo comunitario. Para los artistas participantes, esto implica un compromiso diferente con las consecuencias de su obra, puesto que la Bienal propone la búsqueda de "otras" soluciones, condiciones y campos de acción para sus proyectos en un escenario único: el barrio.

I Bienal de Venecia / 1995

La primera Bienal de Venecia de Bogotá, surgió en un momento particular del arte bogotano, donde al parecer los discursos, al igual que los espacios para el arte contemporáneo, se veían desgastados, reiterativos en sus limitantes, sobrepolitizados y algo ajenos. El planteamiento inicial, fue desplazar el arte de los espacios convenientes u oficiales hacia otros menos habituales, para acopiar nuevos públicos y sugerir un giro al proceso de cada artista, confrontándolo con un contexto específico, al tener que relacionar su trabajo con los nuevos espectadores que lo leerían posteriormente.

El sarcasmo y la paradoja, (consecuencia del reflejo mimético que planteó la Bienal con su homóloga Italiana) desde el principio, se convirtieron en efectivos ganchos publicitarios para que los medios asistieran en forma masiva al evento. El impacto fue tal, que pese a que muchas personas del medio artístico no asistieron personalmente a la Bienal, estuvieron al tanto día a día de su desarrollo, gracias a los artículos y a las entrevistas que desde muchos ángulos registraban constantemente todo lo que allí sucedía.

La Bienal de Venecia de Bogotá, (BVB) invitó desde el comienzo a los artistas residentes en la localidad, para que mostraran su trabajo en este espacio pues, por obvias razones, eran ellos quienes se podían acercar con más precisión a la realidad del espacio al habitarlo durante años. Los demás artistas, algunos convocados y otros invitados por los organizadores, permitían la coexistencia de diversas miradas por lo tanto diferentes maneras de acercamiento al barrio. Este diálogo entre artistas de diversas plataformas, generó una suerte de camaradería y trabajo en equipo al rededor de esta práctica de arte relacional, que con el paso del tiempo se convertiría en una de las cualidades de la Bienal.

Durante el evento, los artistas participantes retribuyen el apoyo de los habitantes a través de las conferencias, talleres y visitas guiadas que realizan de manera gratuita en las instalaciones de la BVB durante su exhibición, estas actividades están generalmente dirigidas a los niños, jóvenes y personas de la tercera edad de la localidad.

II Bienal de Venecia / 1997

Bajo los mismos parámetros generales, la segunda BVB se desarrolló en el mismo espacio, el Salón Comunal del barrio Venecia. En esta ocasión los artistas, en su mayoría ampliamente reconocidos en el medio artístico nacional, quisieron apropiarse del espacio urbano. De esta manera, un alto porcentaje de las obras se desarrollaron en el parque, las tiendas, las casas y toda suerte de espacios alternos diferentes al salón comunal, donde en principio, se buscaba poner en obra los procesos a la manera de una clásica galería.

El interés en la Bienal por parte de los medios se justificó gracias al nivel de los participantes y a la recursividad de las propuestas. Las obras de los artistas locales, de otro lado, se vieron contrastadas con las obras de los artistas de trayectoria reconocida, esta característica llevó a la Bienal a pensar en la manera de cualificar estas obras y los procesos, lo cual se pondría en funcionamiento más a delante con la implementación de un Salón Local que serviría como antesala a la participación de los artistas de la localidad en la BVB.

A diferencia de la primera edición, donde la participación misma fue considerada como un reconocimiento per se, en la segunda edición, se premiaron cinco propuestas por voto popular, gracias a unas urnas dispuestas en la entrada del salón. En esta ocasión el IDCT[2] y otras entidades apoyaron al evento, así, las empresas se comenzaron a interesar en el evento y posteriormente lo apoyarían en varias ocasiones. El comercio local se interesó de igual manera y gracias a su acercamiento logramos no sólo su apoyo, sino también la confianza de la comunidad para con la Bienal.

La Bienal que se planteó en un comienzo como algo eventual, tomaba un carácter procesual y demandaba su continuidad en el tiempo. Los artistas y el medio artístico, cada vez más interesado, hablaban ya de una tercera edición. El evento crecía y los problemas también, pues dadas las nuevas dimensiones de la Bienal, los apoyos iniciales se hacía cada vez más insuficientes. Por esto y desde este momento, la gestión de recursos se convirtió en uno de los puntos más importantes dentro de la agenda de la Bienal de Venecia de Bogotá.

III Bienal de Venecia / 1999

En la tercera edición de la Bienal nuestro enfoque cambió. No era ya tan importante el posicionamiento del evento en el medio, sino el acercamiento que el evento pudiera lograr con los habitantes de Venecia y sus alrededores. De hecho, en esta edición el número de artistas locales participantes fue mayor que en las anteriores Bienales, para esto, logramos contactarnos con las asociaciones de artistas, organizaciones de artistas informales y artistas independientes con el fin de reunirlos, explicarles el proyecto y motivarlos a participar de la Bienal. El resultado fue muy interesante y la Bienal se hacía conocer cada vez más en el contexto que le dio origen, asegurando poco a poco su lugar en el panorama de la plástica nacional.

Los artistas seguían interesados en el espacio urbano. Algunos de los proyectos planteaban interesantes modificaciones del barrio, nuevos canales de comunicación y otros hacían comentarios sobre la violencia de los sectores menos favorecidos o enunciaban propuestas ante paradigmas del arte contemporáneo. El resultado fue muy interesante pero las propuestas se alejaban unas de otras, en vista de la disparidad de la formación de sus ejecutantes y la falta de una metodología clara para la presentación de proyectos artísticos no sólo a un evento como la Bienal de Venecia, sino a cualquier salón de arte, por esta razón se decidió desde entonces, generar una línea curatorial e invitar a un grupo de consultores y asesores externos, quienes permitieran optimizar estos procesos.

Gracias al vínculo oficial del Istituto Italiano di Cultura, organismo cultural dependiente de la Embajada de Italia, pudimos dar un reconocimiento al ganador de esta edición, representado en un tiquete ida y vuelta a Venecia, Italia. Así, se cerraba el círculo y el artista pudo visitar el contexto donde se realiza la Bienal Italiana y sacar sus propias conclusiones al realizar en Roma, la obra que hizo en el barrio Venecia de Bogotá, después de su visita a Venecia (Italía).

Los medios de comunicación se vieron tan interesados por estas particulares dinámicas, que la presencia de la Bienal en los medios no decreció, es más, llamó la atención de los medios internacionales, críticos curadores y artistas. Este interés creciente, fue el motivo que llevó a la Bienal como caso de estudio en varios eventos académicos tanto nacionales como internacionales.

IV Bienal de Venecia / 2001

La alta visibilidad de la Bienal de Venecia en este punto, produjo una serie de reacciones bien particulares en el medio. Un gran número de los artistas convocados pretendieron participar en la Bienal sin hacer el acercamiento previo al barrio que está consignado en la convocatoria oficial, otros artistas planteaban obras que involucraban espacios públicos y comunidades determinadas que aparentemente rimaban con el “espíritu” de la Bienal. Algunos artistas locales llegaron a exigir su participación en el evento simplemente por vivir en el barrio, sugiriendo que la preselección (necesaria en cualquier evento de este tipo) era una forma de discriminación. El préstamo del espacio que antes era gentilmente cedido, nos fue negado en esta edición. De hecho, la Junta de Acción Comunal[3] nos cobró una renta imposible de pagar y fue necesario alquilar un local comercial vacío para poder realizar el evento, esto suscitó varios inconvenientes y cierto malestar en los artistas y los organizadores, inconvenientes que por fortuna se solucionaron posteriormente.

Gracias a la inclusión de la Bienal en el Proyecto Nexo del Convenio Andrés Bello, la Bienal fue invitada a un evento académico en el marco del Salón Pirelli de Arte Joven en Caracas en el año 2000. En esta visita aprovechamos la oportunidad para invitar a Venezuela como huésped de honor en esta edición de la Bienal. Así, la Bienal se convertía en un evento Internacional con mayores alcances y con la posibilidad de agremiar otras miradas, que vendrían a enriquecer el proceso inicial y a promover vínculos con importantes entidades culturales internacionales. Una de estas entidades ratificó su apoyo y ofreció la galería del Istituto Italiano di Cultura como espacio alterno para la realización de la Bienal de Venecia, y permitió que la Bienal se acercara a otras localidades e interesara a otros públicos.

En esta ocasión y para lograr que todos los artistas participaran en los “mismos términos” se planteó una temática desde la cual partía la línea curatorial. Esta Temática fue: Arte y Gastronomía, que con el lema porque no todo entra por los ojos, se planteaba una interesante discusión a partir de un concepto que visto desde múltiples ángulos y articulados con el contexto específico del barrio Venecia, proveían al artista de buenas herramientas para plantear un interesante proyecto, objetual o procesual. De esta manera los artistas, de cualquier origen o perfil, tenían que cumplir con una temática particular, plantear su propuesta desde el barrio como territorio y articularla con su proceso, técnicas e intereses particulares para poder participar oficialmente en la Bienal.

El experimento surtió efecto y las obras fueron mucho más claras y contundentes, el espacio público se aprovechó de una manera más efectiva y algunos artistas locales entraron en la dinámica de participación de eventos artísticos como la Bienal, a diferencia de otros procesos oficiales que no se preocupaban por la pertinencia de la obra con su contexto, sino que se convertían en simples muestreos de obras dispuestas en un espacio comunal, cuya única coincidencia era que sus ejecutantes habitaban un sector común.

V Bienal de Venecia / 2003

La Bienal fue invitada nuevamente a un evento académico; las mesas de debate de la Feria de Arte Contemporáneo ARCO, Madrid 2002, donde causó gran interés por el número de versiones, el mantenimiento del planteamiento inicial y la capacidad de acomodarse a las nuevas condiciones del medio y los avatares de la plástica en Latinoamérica.

En Madrid, se hizo la invitación oficial a España como huésped de honor para la V edición en el año 2003. En esta ocasión, la temática planteada fue AMÉRICA 3 x 1, pague 1 y lleve 3, aludiendo a la utopía de la unión de las Américas en una sola y soberana, en el fenómeno de migración masiva que aqueja ahora a España y a otros países de Ibero América, al fenómeno del éxodo colombiano debido a la violencia, y a la estrategia informal de venta en las calles del barrio Venecia, donde eventualmente los vendedores informales vociferan ¡Pague 1 y lleve 3!.

Con la intención de continuar con el programa de cualificación de procesos, la Bienal implementó la creación del Primer Salón Local de Venecia, que se convierte desde entonces en el preámbulo de la Bienal de Venecia de Bogotá, donde los artistas locales[4] plantearon la realización de obras bajo los mismos parámetros de la Bienal, pero que fueron exhibidas en la Biblioteca Local del Tunal, un bello espacio que permitió que las obras fueran apreciadas por un amplio público en su mayoría estudiantes de los colegios de la localidad. Gracias al Salón Local, la Bienal se acerca a los procesos de los artistas locales con más precisión, cuida su ejecución y crea nexos con los artistas participantes de anteriores bienales, investigadores y gestores de procesos similares, para lograr esa afinación que se buscaba en otras ediciones.

En esta versión de la Bienal contamos con el apoyo de la Embajada de España y la Agencia Española de Cooperación Internacional en el planteamiento y desarrollo de estos procesos. La Embajada otorgó el premio de la Bienal que consistió en dos tiquetes ida y vuelta a la ciudad de Madrid, con el fin de visitar museos y centros culturales donde debían compartir su experiencia en la Bienal y servir de embajadoras del proceso. Lamentablemente dos de las ganadoras de los premios no regresaron a Colombia, pero la Bienal luego de agradecer oficialmente el apoyo, dejó en claro ante la Embajada que ellas viajaron con el compromiso de regresar y que la Bienal no tenía ninguna responsabilidad. Desde entonces, la Bienal decidió no otorgar premios representados en viajes.

Posteriormente la Bienal se enteró que las artistas finalmente realizaron unas charlas en España hablando acerca de su trabajo, cumpliendo así con el compromiso previo.

VI Bienal de Venecia / 2006

En esta ocasión el país invitado de honor fue El Reino Unido (Puntualmente el País de Gales), y el tema central de la convocatoria fue EXCLUSIÓN / INCLUSIÓN, atendiendo a las últimas actividades de la Bienal y de su grupo de trabajo TÄI / The Art Incubator[5] el cual fue invitado a la ciudad de Liverpool, para transcribir el ejercicio de la Bienal en Kensington, un área de ésta ciudad, con características similares al Barrio Venecia en Bogotá.

La intención básica giró en torno al planteamiento de estrategias, soluciones o señalamientos que abordaran los conceptos de exclusión / inclusión como herramienta de articulación de las minorías a nuevos contextos, como una estrategia de convivencia o simplemente como el intercambio de conocimiento y experiencias que pudieran cualificar de alguna manera la tolerancia, el bienestar comunitario y el trabajo en equipo.

En esta edición de la Bienal, un local de un centro comercial del barrio fue la sede central de la exposición. En este espacio se exhibieron los referentes de las obras que se apropiaron del espacio público del barrio y en algunos casos de los espacios privados a los cuales dieron un amable acceso algunos de los habitantes del barrio. Las obras se dieron en su mayoría en el barrio, cohabitando con las casas, las calles y la gente. Algunas también hicieron uso del circuito cerrado de televisión, las videorockolas[6] de las tiendas y los televisores públicos del centro comercial.

Los artistas británicos invitados: Alice Forward y Michael Cousin estuvieron en el barrio durante algunas semanas realizando sus obras a partir de sus experiencias, de sus búsquedas particulares y de su relación con el contexto, además presentaron algunas de sus obras previas en las bibliotecas públicas El Tunal y El Tintal de la red Biblored.

En esta VI edición de la BVB se captó una gran cantidad de público local gracias a la decisión de utilizar como sede el local del centro comercial, pues el fin de semana especialmente, una gran cantidad de personas entraron a la exposición e hicieron parte activa de la Bienal. Se plantea a futuro la presencia permanente en este espacio, o en otro similar, ya que esto permitirá continuar con los procesos iniciados y a la vez afianzará la relación con las comunidades. A pesar de los grandes aciertos, se evidenció la necesidad de formar un grupo especializado en cada una de las áreas de la organización, al igual que fortalecer el voluntariado.

Bienal de Venecia de Bogotá, Versión 6.5 / 2008

En esta versión, hicimos un alto en el camino para releernos y para rediseñar algunas estrategias en pro de la optimización y de la sostenibilidad en el tiempo de la Bienal de Venecia de Bogotá. Se conformó un grupo de personas que se asociaron e iniciaron la Fundación Visiva, institución que le dio vida jurídica al evento y que permite hoy vincular las propuestas que en torno a la Bienal se generan.

El recorrido cronológico por la BVB, nos permitió ver algunas de las intervenciones que han tenido lugar en el barrio y en las actividades didácticas que han acompañado a estos proyectos. De igual manera, nos permitió retomar estrategias efectivas y revisar nuestra misión, visión, mandatos y dinámicas locales, nacionales e internacionales en pro de su mejora.

En dos plataformas diferentes; El Salón Nacional de Artistas de Colombia y en ARTBO, la Feria Internacional de Arte de Bogotá, se visualizó la labor de la Bienal durante sus catorce años de trabajo y se hizo una invitación a los públicos asistentes, para que aportaran sus documentos, registros y experiencias para ampliar y optimizar los archivos de la Bienal, no sólo con el fin de generar sus memorias, sino también para servir de consulta a estudiantes e investigadores de hoy y mañana.

Visión

Se trabajará con miras al fortalecimiento de los proyectos culturales locales que ya están en proceso y se procurarán las condiciones para implementar una serie de Centros Culturales Comunitarios, con el objeto de hacer habitual la dinámica de participación en estos espacios a los artistas locales y a las nuevas audiencias, articulándolos con sus actividades cotidianas. Esto con el fin de acercarnos a sus intereses de entretenimiento o información, o simplemente para plantear vínculos con las comunidades desde varias perspectivas.

Se busca que en los próximos años, la Bienal de Venecia de Bogotá tenga una sede propia y un equipo de trabajo optimizado, para que se convierta en el espacio predilecto donde se formen tanto artistas como gestores culturales, quienes tendrán a su cargo la promoción, difusión y sustentabilidad de eventos culturales de amplio espectro, en un futuro muy cercano.

Sites:

www.bienal-venecia-bogota.blogspot.com
www.fundacionvisiva.org

E-mails:

contacto@fundacionvisiva.org
franklin.aguirre@yahoo.com

Notas
[1] La ciudad de Bogotá está dividida administrativamente en 20 localidades, una de ellas es Tunjuelito, donde se encuentra ubicado el barrio Venecia.
[2] El Instituto Distrital de Cultura y Turismo era para esa época, la entidad que a nivel distrital se encargaba de formular las políticas públicas en torno a las artes plásticas. Hoy, esta entidad se denomina Secretaria de Cultura de
Bogotá.
[3] La Juntas de Acción Comunal son los organismos creados en 1958, para acercar las comunidades al nivel central de la administración distrital.
[4] Se entiende por artista local a los que habitan en la Localidad de Tunjuelito.
[5] El grupo TÄI / The Art Incubator, es un laboratorio artístico multipropósito que convoca a las personas que quieren apoyar en calidad de voluntarios a la bienal. Este grupo está constituido generalmente por estudiantes de arte, diseño, arquitectura y disciplinas afines.
[6] Las Video rockolas son rockolas con video, adaptadas como dispositivos de exposición.

No hay comentarios.: