domingo, 6 de diciembre de 2009

ARTE Y COMUNIDAD

Tranvía Cero


Vos dizque te vas a Viena mejor vamos al zur-ich

La centralidad es uno de los fenómenos urbanos que ha imbuido a las ciudades del mundo y sobre todo a las ciudades latinoamericanas, Quito no es la excepción y ante esta problemática, que al mismo tiempo ha generado una serie de respuestas, las organizaciones de carácter social, políticas, culturales y artísticas han venido fomentando otros espacios y plataformas que promueven diversos procesos de creación y cuestionamiento desde las realidades barriales y sus especificidades.

Todas las problemáticas que conlleva una ciudad estirada a manera de un enorme chorizo, han desplazado hacia sus extremos a espacios sociales que no tienen mayor opción que anclarse en lugares todavía vírgenes donde los servicios mas elementales no están desarrollados en su totalidad, peor aún la implementación de espacios recreativos, sociales y culturales cuyos criterios parten desde una visión centralista hacia los extremos sin tener en cuenta las particularidades y condiciones sociales existentes. Estos vacíos hacen que las pocas organizaciones existentes en cada sector tengan mayores dificultades en su accionar y creen espacios de poder a los que resulta difícil acceder, pues se han conformado como una suerte de fortines en los que los objetivos particulares priman por sobre las propuestas que pretendan hacer algo distinto.

La crisis económica de la década de los 90 afectó al circuito artístico, lo que conllevó el cierre de las pocas galerías y espacios privados de exposición existentes, teniendo como opción los museos y contados espacios alternativos como los café bares, razón por la cual las nuevas generaciones que egresaban de las facultades de arte nos encontramos desprovistos de espacios donde mostrar nuestro trabajo; por ello el generar nuestros propios espacios se volvía una prioridad. Entonces surge Tranvía Cero con el objetivo de generar una forma distinta de relacionarse con nuestra cultura desde el arte contemporáneo, construyendo nuestros propios caminos sin el objetivo de cuestionar arbitrariamente las formas de producción y creación institucional o académica, sino con proyectos que enfaticen un equilibrio teórico, investigativo y práctico que responda a los requerimientos de un sector más amplio de la ciudadanía.

A la vez, el pragmatismo que caracteriza esta labor permite interpretar la cotidianidad, conjugar sus lenguajes visuales y los espacios de comunicación que nos van dotando de herramientas y elementos de valoración políticos, sociales y estéticos por medio de los cuales hemos activado, de alguna manera, los niveles de organización social, y en el que los procesos artísticos se han transformado en parte de un todo integral pasando a articular nuestra labor con distintos movimientos y organizaciones sociales de varios sectores de la ciudad, en busca de un espacio donde se construya y se desmonte la fragmentación simbólica y estructural de la ciudad.

En este accionar con el entorno urbano, hemos entendido y resignificado al espacio público como una fabulación del poder que divide lo privado de lo común, división que en la práctica sólo sirve para articular una ciudad sectorizada, que limita la intervención de sus propios actores o usuarios, y descarta cualquier tipo de apropiación de los espacios comunes: esto, felizmente, en muchos barrios del sur de Quito no ha podido imponerse, y sus habitantes hacen caso omiso de las regulaciones metropolitanas, por lo que podemos encontrar una diversidad cultural, étnica, sexual, política, descartando la posibilidad de desplazamiento o exclusión de los espacios públicos.

Las relaciones de poder que se han construido dentro del entramado de la ciudad, y que han marcado y marcan sus propios recorridos y vías de desplazamiento, evidencian dos formas de concebir y apropiarse de la urbe. Una, desde las propias lógicas que corresponden a una geografía y a los procesos socioculturales de la comunidad, y otra, que responde netamente a la planificación urbana, que se reduce a cierto patrimonio seleccionado, que no abarca todo Quito, y propone un modelo de ciudad-museo-parque-de-diversiones dirigida al turista y las clases pudientes. Por ello Tranvía Cero centra su atención justamente en el patrimonio vivo, mutable y en su persistente transformación, que busca la recuperación de la memoria histórica de los diversos componentes humanos y culturales cohesionados en distintos grupos sociales que conforman nuestra ciudad.

Es evidente que la política municipal en nuestra ciudad ha sido limitada y alienada a un reducido círculo de poder que ejerce un criterio unipolar sobre lo que es y considera Arte y Cultura, nunca va a reconocer la multiculturalidad de la ciudad, menos aún su valor intrínseco. Tranvía Cero e iniciativas similares planteadas por otros grupos permiten que los propios habitantes se empoderen de su patrimonio, lo preserven, y finalmente comiencen a exigir a las administraciones públicas que sean más democráticas.

Es una tendencia de nuestra época enclaustrar las manifestaciones artísticas de vanguardia en museos para que el gran público pueda observarlas como si se tratara de una visita al zoológico, por ello los proyectos y plataformas creadas por Tranvía Cero nacen como una posición crítica frente a este fenómeno, y en un momento en el cual se busca la espectacularización de las manifestaciones artísticas, Tranvía, al contrario, primigenia el proceso frente al resultado, la interrelación dinámica de los actores culturales, los creadores, el imaginario y la memoria colectiva que configuran la obra de arte.

El Encuentro Internacional de Arte Urbano al zur-ich, La Documenta Internacional de Arte Acción Mishqui Public o Mama Carmela Galería Itinerante de Arte, son iniciativas ante un sistema que ha descuidado o ha hecho caso omiso de las necesidades de sus habitantes, estos proyectos necesariamente suponen cuestionar los derechos y deberes de los ciudadanos y por lo tanto implican un movimiento que critica las políticas de estado y al mundillo artístico, que de alguna manera han girado los ojos hacia otros sectores que hasta hace poco eran desconocidos y relegados de todo tipo de apoyo y reconocimiento.

Tranvía Cero y al zur-ich surgen de experimentar en estas problemáticas barriales e institucionales de poder cultural regentadas por personajes ajenos a las realidades de la sociedad y de los artistas que han planteando una forma de arte inaccesible, elitista, puro e intocable. Estas características del circuito artístico de la ciudad se han mantenido intocables hasta la aparición y conformación de colectivos, grupos y artistas que han respondido con una serie de proyectos periféricos a esas dinámicas.

al zur-ich Encuentro Internacional de Arte Urbano es un proyecto emergente que surgió en la primera década del siglo XXI entre los años 2002 – 2004, creado por el colectivo de arte contemporáneo Tranvía Cero, propuesta que desde el sur de la ciudad de Quito aborda diversas apreciaciones y cuestionamientos: la visión mercantilista, turística y patrimonialista que prima sobre ella, su construcción simbólica, sus instituciones políticas, artísticas y culturales que han privado al medio de otros espacios para la circulación del arte, circunstancias que han determinando las características socioculturales y sociopolíticas de la ciudad. Entorno a estas problemáticas el Colectivo delinea algunas metodologías y políticas de trabajo que aportan en términos de actores: uso de espacios y contenidos construidos en base a la aplicación del proyecto y a sus resultados centrados en base a la interrelación artista – comunidad – espacio urbano, métodos que buscan redefinir el rol del artista en la sociedad, proponiendo un proceso conjunto de creación, producción y apropiación de la urbe que involucren los aspectos socioculturales de los barrios. Tranvía tiene el antecedente de varias organizaciones de base, quienes han marcado alternativas de gestión e implementación de políticas culturales desde 1987 con el movimiento rockero Al Sur del Cielo y otros como Centro Cultural Pacha Callari, Centro Cultural del Sur, Festival del Sur, Escuela Andina Amauta Alquimia entre otras.

al zur-ich es un proyecto independiente y autónomo con una política de integración e inserción artística en la esfera urbana para generar alternativas visuales que conjuguen el ejercicio plástico con la comunidad a través de la investigación y experimentación del arte contemporáneo en los barrios del sur y de la ciudad en general, a través de un adecuado acercamiento a sus organizaciones para consolidar la identidad de estas periferias en el campo cultural desde sus imaginarios, tradiciones, costumbres, escenarios históricos y contemporáneos como elementos primordiales de debate.

La metodología de trabajo planteada por Tranvía Cero promueve la inserción del arte en la urbe con el objetivo de generar una interrelación de producción y creación conjunta entre artista - comunidad - espacio urbano. Entonces el creador desde el recorrido previo se inserta en la convivencia y cotidianidad de un barrio para recabar información que le permita elaborar una propuesta y socializarla a través de la organización social del sector, quienes aportan, sugieren y sobretodo provocan una reelaboración permanente y conjunta del proyecto en espacios como calles: aceras, parques e incluso viviendas. Este método articula o rearticula la actividad de la organización social (liga barrial, iglesia, comités promejoras, grupos culturales, grupos de amigos, policía) y socializa las propuestas de los artistas en ésa trama creando estrategias de comunicación que usan el dialogo persona a persona, puerta a puerta, la oralidad y el uso de imágenes y papelería que advierten el proyecto desde tiendas o pequeños negocios.

Para la selección de proyectos se ve un giro metodológico al esgrimido unilateralmente por la curaduría, teniendo en cuenta que, cualquier método alternativo discrimina, selecciona, escoge y delimita en función de temas planteados, y de los objetivos teóricos, estéticos trazados para cada muestra. Esta propuesta diseña un espacio de trabajo y selección integral que aglutina criterios provenientes del comité organizador, la sociología, antropología, artistas o colectivos de diversas ramas del arte, residentes o extranjeros y representantes de la comunidad.

El Encuentro anualmente presenta 12 proyectos seleccionados en 12 barrios del sur, es un proceso que empieza con la apertura de la convocatoria a proyectos desde el mes de febrero de cada año, al cierre de la convocatoria, en el mes de junio, se analizan, discuten y se seleccionan los proyectos más viables con el equipo técnico. Los proyectos seleccionados inician su proceso de acercamiento y articulación con las organizaciones de los barrios durante los meses de julio, agosto y en septiembre se muestran los resultados de ese trabajo utilizando los medios que mejor se ajusten a sus postulados artísticos. Si bien al zur-ich es un proceso que se despliega con mayor fuerza en los meses de julio, agosto y septiembre, es producto de 12 meses de trabajo continuo.

Entonces, el colectivo desde al zur-ich y desde diversas colaboraciones plantea ese método de selección integral, integrando anualmente un “Equipo técnico de selección”, integrantes que indistintamente revisan los proyectos y emiten sus criterios para ser debatidos ampliamente con el fin de buscar coincidencias y oposiciones que aporten a la comprensión de los conceptos, objetivos, procesos, conflictos, incidencia, impacto y objetivos de cada proyecto. Antes de juzgar desde la idea de: bueno / malo o si las obras se inscriben dentro de las categorías arte / no arte o del objeto estético como fin, se discute y enfatiza en el proceso de creación y producción que antecede al producto final, espacios intermedios donde se construyen, transforman y replantean los significados, signos y símbolos, incluso es un espacio donde se potencia o declina el proyecto.

En varias colaboraciones fuera del Encuentro, como la realizada para el Banco Central en la exposición fotográfica “Unas horas en Cuba” de Patricio Estévez, se ha trabajado con parte de esa metodología a la que incluyeron un trabajo de campo a través de encuestas que recogieron apreciaciones de los vecinos de la calle La Habana y los alumnos de la Escuela Cuba en el sector de San Juan, previo al diseño y montaje de la muestra realizada en función de los criterios de los vecinos, mostrando un hecho participativo que cuestionó el carácter jerárquico de la curaduría y en el que Tranvía Cero fue un mediador.

A nivel de participantes o actores el proyecto cuenta con una cláusula en su convocatoria que no restringe la participación de artistas y público en general, podrán participar artistas y no artistas, no es necesario que posean títulos académicos o técnicos, cláusula del 2002 y 2004 que promovió la participación de sociólogos en al zur-ich 2005, artistas jóvenes y autodidactas en la versión 2006 del Encuentro, el proyecto presentado por ASOCIP Y CEFOCLAC asociaciones de invidentes del sector de la Mariscal y la Cdla Atahualpa al Encuentro 2006, y para visualizar mejor en al zur-ich 2005 el barrio el Beaterio presenta su proyecto para la construcción de un parque, e incluso comunicadores sociales participaron en el Encuentro 2004, 2006 y 2008.

Del uso de espacios los bienes culturales y artísticos acaparados en un sector de la ciudad (centro-norte) y vinculados a la reproducción simbólica de la cultura oficial desde una intención homogenizante según Tranvía Cero obvia la diversidad cultural existente; negando, estancado e invisibilizando proyectos que aporten al uso de espacios de difusión y circulación del arte. Mientras en el sur ésa ausencia de espacios oficiales han sido suplantados por el uso de casas comunales y/o barriales, casas, talleres, centros comerciales, transporte público, parques, calles, quebradas, canchas deportivas para expresar simbólicamente la cultura local. Para ejemplificar el uso citamos varios proyectos: “El arte de hablar del arte” del colectivo el Deposito realizado en el transporte público en al zur-ich 2004, “Lo Bueno, lo bello y lo verdadero” de Fernando Falconi realizado en al zur-ich 2005 en las casas del sector de las Colectivas, El reality show del colectivo Cosas Finas ejecutado en los talleres y locales comerciales del barrio el Carmen en el sector del Mercado Mayorista en al zur-ich 2005, el proyecto “Recuerdos” de Ana Fernández, Carolina y Josie en al zur-ich 2007 realizado en la casa comunal de la Cdla. San José y en la casa de las participantes. En este mismo tema según datos del archivo de Tranvía tenemos que, entre el 2002 y 2004 se trabajaron en 17 sectores y hasta el año 2007 en 59 sectores producto de los planteamientos iniciales del colectivo.

Los contenidos del proyecto al zur-ich y Tranvía Cero transitan por varios ejes: a) el político, b) el social y c) el artístico en el que se enfatiza puesto que, a partir de la búsqueda de espacios para la producción, difusión y circulación de los productos artísticos se han trastocado esquemas políticos centralistas y la construcción fragmentada de la ciudad, a las instituciones culturales que han difundido una versión elitista, segregacionista, clasista y blanqueada de la cultura nacional, en la que, por varias décadas no estuvo representada la diversidad cultural del país. El mismo hecho de trabajar en el “sur” es un posicionamiento que más ha trastocado las políticas municipales pues ha significado regresar ver a su diferente. El campo social se lo recorre a través de la estructura organizativa del barrio, espacios no concebidos por las instituciones culturales para la producción, circulación y difusión artística, pero que contienen y conviven con una riqueza cultural diversa, y en la que se entreteje la propuesta de Tranvía, trabajando con organismos como las asociaciones de ciegos de la Cdla Atahualpa y el barrio de la Mariscal en el proyecto “Visión interna” de Efrén Rojas, Wladimir Iza y Vanesa Santin, o en “Metáforas de una despedida de Raúl Ayala y Mauricio Tigllán trabajado con los internos de la Cárcel No. 2 en al zur-ich 2006.

En el campo del arte es claro el cuestionamiento a la Institución Arte entendida como lo dice George Dickie en “Estéticas de fin de siglo”, una estructura compuesta por: críticos, curadores, directores de museos y galerías quienes otorgan el status de arte a un objeto o acontecimiento efímero. Esa forma institucional reproducida en nuestro medio es la que cuestiona Tranvía Cero con sus metodologías de inserción en la urbe, de selección integral de proyectos, usando espacios, antes sin crédito y sin capacidad de legitimar al artista y a su producción y mucho menos a la circulación y difusión del arte, al uso de espacios e integración de otros actores.

Política de Tranvía Cero

Los planteamientos parten de la democratización de los espacios públicos y las prácticas artísticas, la interrelación y articulación de estos con la comunidad, así como una constante crítica a las formas de interpretar la cultura y a la museificación de la misma, cuestionando los registros formales y estéticos de las artes visuales. Hacemos frente a los ejercicios de poder institucional, académico, a los circuitos artísticos y a la misma ciudadanía, con la intención de reformular y de reflexionar desde una visión integral de la práctica artística.

Conformación

El colectivo está conformado por artistas plásticos egresados de la Facultad de Artes de la Universidad Central del Ecuador, Instituto de Artes Visuales de Quito, autodidactas y gestores culturales. A partir de su actividad en el Sur de Quito fomentan espacios independientes para la producción y difusión del arte. Este proceso se inicia en el 2002 con Pablo Almeida, Carla Villavicencio del Taller de arte La Mancha y Samuel Tituaña de Akaros taller de arte, creando lazos con el movimiento cultural y sus organizaciones en el sector sur de la ciudad.

Con su gestión cultural y artística realizan el Primer Encuentro Internacional de Artes Plásticas Al Sur 2002. Posteriormente crean el Primer Encuentro de Arte Urbano al zur-ich 2003 y en el 2004 el Segundo Encuentro al que se suma Pablo Ayala y Luis Herrera, posteriormente se integra Ernesto Proaño, Sofía Soto, Omar Puebla al Tercer Encuentro al zur-ich 2005 y para el 2008 se incluye la participación de Adrián Balseca. Actualmente el Colectivo ha experimentado varias transformaciones en cuanto a la permanencia de varios de sus integrantes, por eso Tranvía además de Pablo Almeida, Pablo Ayala, Omar Puebla y Samuel Tituaña hoy cuenta con la participación de Karina Cortez y Silvia Vimos.

El trabajo de este equipo de artistas visuales sobre la base de la pintura, escultura, grabado, fotografía, instalaciones, performance e intervenciones en la urbe se ha destacado y han sido invitados a diferentes exposiciones y conferencias a nivel nacional e internacional, como: La Otra, Feria de arte contemporáneo, Bogotá-Colombia, 2008; II Encuentro Iberoamericano de Espacios Alternativos, Montevideo-Uruguay, 2008; Bienal Internacional de Performance, cita a ciegas, Cusco-Perú, 2009; RIIA (Residencia Internacional de Artistas) Buenos Aires - Argentina, 2009; Museo de Arte Contemporáneo MACLA, La Plata-Argentina, 2009; Semana Cultural de Ecuador en España, arte y cultura post-fronterizos, Madrid-España, 2009

Proyectos de Tranvía Cero

Chimbacalle Pool
Gimnasio de Box de Chimbacalle, Quito, 2005

Con la presentación de Zumba, trío de jazz libre y diez peleas de boxeo amateurs, Tranvía Cero dio inicio al 3er Encuentro de arte urbano al zur-ich 2005 en el Gimnasio de Chimbacalle. Chimbacalle buscó recuperar la memoria de ese espacio, la historia del pugilato en el Ecuador y el gimnasio como un espacio de inmensa tradición. Se presentaron tres videos con la temática del lugar, intervenciones, instalaciones y objetos de consumo como jarros, camisetas, etcétera.

Tranvía Cero, grupo anfitrión, presentó su última producción artística basada en la investigación de esta práctica deportiva y en los testimonios de boxeadores retirados y vigentes, cuyas vidas marcadas por los fenómenos sociales crecientes de la ciudad han matizado este círculo deportivo, salidos de esos mismos márgenes, algunos llenos de logros importantes para el país, éste es el caso de Don Eugenio “Campeón” Espinoza.

Los anhelos de las nuevas generaciones comparten su tiempo entre el estudio, el trabajo informal, el subempleo y la práctica diaria de esta disciplina soñando vestirse de campeones mundiales algún día y sobre todo salir de alguna manera del anonimato y la pobreza. Estas reflexiones visuales marcaron distintas visiones del sur, del box, la antropología y la memoria que se va rehaciendo y se va conformando una obra de arte total en el cual los asistentes tuvieron un espacio para penetrar en ella y conocer las entrañas de un proceso creativo e irrepetible.

La Cachina Dominguera
Parque del Amor (Villaflora), Quito, 2006

Un mega-proyecto que reivindica al ser humano; una enorme pasarela, un desfile de gente y corriente con sus ropajes “normales” no se puede decir de modas sino de personajes de humanidades. El proyecto asume posibilidades que van más allá del campo artístico; parecerían monografías antropológicas en escena o teorías generales del llanto como decía E. Ciorán; claro que la selección de personajes que desfilan pudo ser más variada, dramática, característica, pero en sí, no afean un proyecto tan anarquista y social que al mismo tiempo va contra toda una red, un sistema moda-fashion-consumo uniendo libertades intrínsecas del ser humano.

El Paseo de la Fama
Parque Central Cdla. México, Quito, 2007

Si usted creyó que el Paseo de la Fama existía solo en La Jhonny, como se ve en la tele, o que una persona común y silvestre nunca podría poner su huella allí e inmortalizar su nombre, estaba completamente equivocado. Ahora, en el corazón de la Ciudadela México, en el sur de Quito, un grupo de moradores y el Colectivo Tranvía Cero crearon el verdadero Paseo de la Fama, donde los personajes inmortalizados son familias que viven, trabajan y construyen la historia cotidiana del barrio.

Este proyecto inicia con su socialización a nivel de la dirigencia barrial, luego la locación es encontrada conjuntamente con las personas que acogen la idea y son los gestores que llevan a cabo el proceso de producción de la misma, mientras el equipo técnico se desbarata con mediciones y pruebas de resistencia de materiales para encontrar los mas idóneos, económicos y viables. El día de la presentación final es un acto más bien austero; los vecinos activan la obra y se apropian de cada espacio dándole características personales a las estrellas, apoderándose así del objeto artístico. Las verdaderas “estrellas” y “héroes” se van construyendo y forjando con sus propios procesos vitales y no necesariamente mediante fenómenos mediáticos espectaculares.

Los Siete Platos en Chicago
Parque Central Cdla. México, Quito, 2007

El Colectivo de Arte Contemporáneo Tranvía Cero, en su proceso de búsqueda de replanteamientos conceptuales y de reivindicaciones históricas, se ha planteado intervenir barrios llenos de historia, tradición, leyendas y posturas políticas diversas, por eso se escogió: al Pobre Diablo, Chimbacalle, Chicago Chico, Las Cinco Esquinas y la Villa Flora como íconos históricos de Quito enmarcándose, quizá en lo que los teóricos de la ciudad denominan “Quitología” que no es más que el redescubrimiento de una importantísima mitología urbana.

Conversaciones, indagaciones casi detectivescas, entrevistas con los moradores para comprender la interrelación permanente de los habitantes con sus mitos, todo lo cual permite que el Colectivo accione su obra elaborando placas de cerámica para cada sector: el diablito chispo, un tranvía juguetón, las flechas al zur-ich, las cinco esquinas cruzadas, y un barrio a mano alzada indican que Los Siete Platos en Chicago es un trabajo de procesos, de reinvenciones y luchas históricas de la ciudad.

Tianguez Exchange
Plaza de San Francisco, Quito, 2007

Tianguez Exchange propone realizar un intercambio simbólico de los objetos tangibles o elementos intangibles que cotidianamente provocan diversos tipos de violencia y que van marcando nuestro modo y formas de convivencia que además son impuestos a partir de todas las formas de institucionalidad y poder, e intercambiarlos por víveres de primera necesidad. Este intercambio también implica despojarse y limpiarse.

En las diferentes plazas de las ciudades convenidas serán intervenidas con sitios para el intercambio de los víveres y acopio de los objetos libremente escogidos por la gente. Estos mismos objetos serán entregados a espacios de reciclaje sin costo para su reutilización como materia prima. Esperamos contribuir de esta forma a despojarnos de los mencionados elementos tangibles o intangibles y generar diálogos y fomentar los espacios comunitarios y de intercambio.

Y a la final…todos quieren comerse a la guagua
Cementerio San Diego, Quito, 2008

Los guardias del cementerio tratan de impedir que la guagua salga, la ambulancia grita su llamada de socorro, y la camilla entra violenta conducida por hombres encapuchados en impermeables azules; la guagua emerge en la plazoleta, la colada morada fluye. El cuerpo blando -amasado, decorado y horneado con cuidado- es devorado con rapidez por los transeúntes.

Bibliografía

§ Catálogo al zur-ich 2004 -2007.
§ Proyecto general del Encuentro, Tranvía Cero Colectivo de Arte Contemporáneo inicia su conformación a partir del año 2002 en el sur de Quito.
§ Diagnóstico de Prácticas y Demandas Culturales Del Distrito Zonal Sur 1995. Investigación y Elaboración Patricio Melo. Asesoramiento técnico Teresa Vásquez. Procesamiento de Datos Galo Medina.
§ El proceso urbano de Quito. Ensayo de interpretación. Lucas Achig Quito 1983. C. I. Ciudad. C. A. E.
§ Convocatoria al zur-ich 2004, archivo Tranvía Cero, Quito 2004.
§ Archivos de proyectos receptados de Tranvía Cero, Quito 2002-2004.
§ Cecilia Olivera, Estéticas de Fin de Siglo, Dickie, La Institución Arte.
§ Entrevista a Cristian Castro del movimiento rockero Al sur del cielo, Quito, 2006. Proyecto Fundación Pacha Callari, Quito 2004.

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