domingo, 6 de diciembre de 2009

La ONG más allá de la fotografía

Gerardo Zavarce


Lo alternativo no es lo alternable

La ONG es un espacio dedicado a la enseñanza y estudio de la imagen. La ONG está ubicada en un sector popular del oeste de Caracas y debe su nombre al fotógrafo Nelson Garrido, premio nacional de artes plásticas, quien es impulsor, promotor e inspiración de esta iniciativa que hoy está conformada por diversos individuos, grupos, colectivos e instituciones, que hacen vida y dan vida a la ONG. Uno de los lemas que definen a la Organización Nelson Garrido (ONG), las siglas indudablemente corresponden a un juego de palabras y conceptos, la define como: “un espacio abierto a propuestas alternativas”. No obstante, hace falta aquí clarificar algunas ideas en torno a qué se quiere expresar por alternativo. Hoy en día el término "alternativo" resulta como la sábila y el yodo: bueno para todo. Regularmente interviene en asuntos tan disímiles como: música alternativa, terapias alternativas de salud; democracias alternativas; mercados alternativos; energías alternativas; medios alternativos; moda alternativa; cirugías estéticas alternativas; publicidad alternativa, entre otras. El uso y abuso del término obliga a describir y develar las intenciones al emplearlo, ya que su potencial crítico, abierto a lo otro y al otro, pareciera encontrarse totalmente secuestrado y adormecido.

Por ejemplo, si revisamos el término en el contexto actual que alberga a las artes visuales en Venezuela, escenario caracterizado por una profunda crisis política, social, económica y cultural. Entonces, nos encontraremos que el empleo de “lo alternativo” resulta extremadamente paradójico. Por un lado las iniciativas oficiales se piensan y se proponen como "alternativas" en relación con las "políticas culturales del pasado" y por el otro algunas acciones culturales correspondientes a la iniciativa privada se piensan y proponen como "prácticas alternativas" en relación con las políticas culturales provenientes del campo oficial. Entendido el proceso de “lo alternativo” desde esta perspectiva, todas las acciones culturales resultan alternativas en comparación a otra de distinto signo. Es decir, santo remedio para todo: lo alternativo; la sábila y el yodo.

Sin embargo, podemos sospechar que "lo alternativo" pensado bajo esta dinámica se circunscribe estrictamente al dilema de "lo alternable". De esta manera "lo alternativo" se mantiene fiel al sentido que le impone el diccionario: "una opción entre dos cosas". Visto desde esta óptica su potencial transformador se limita al horizonte de la alternancia. Esto o aquello; blanco o negro; chavistas o antichavistas, maniqueísmo de moda según la óptica de la política local. Bajo estas premisas ninguna de las perspectivas, tanto la oficial como la privada, propone diferencias y transformaciones esenciales en relación con los procesos vinculados con las acciones culturales que ellos despliegan.

En algunos casos "lo alternativo" se limita a modificar el nombre de la institución y las prácticas permanecen intactas. En otros casos, los cambios se reducen a exhibir las intactas prácticas del pasado en espacios distintos a los que sólo cambian su nombre. No obstante, en ambas perspectivas (oficial y privada) todo sigue igual. No cambia nada. Inaugurando un neoconservadurismo visual enmascarado de sensaciones de cambios.

Éstos manejan la idea de inclusión (de "todos") a la “izquierda” y la aplican bajo la noción de cultura como espectáculo al estilo "mega-exposición". Aquellos manejan una idea de inclusión (de "algunos") a la derecha y la aplican bajo la óptica privatizadora de la mirada, en la cual el espectáculo –al estilo micro en oposición al mega se convierte en valor de status. Ambas perspectivas juegan a secuestrar para sí la noción de lo alternativo y de esta manera logran suprimir el potencial crítico y transformador vinculado a los procesos de las artes visuales en particular y los procesos culturales en general.

Ahora bien, "lo alternativo", desde un punto de vista transformador, no se reduce a lo alternable. No se circunscribe a "optar entre dos cosas" al contrario cuestiona el modelo que hace posible la falsa encrucijada de las dicotomías inmovilizadoras de lo que nunca cambia.

En este sentido resulta importante contextualizar "lo alternativo" desde una perspectiva crítica que permita reflexionar y problematizar sus alcances desde el encuentro con "el otro" (alteridad) y "lo otro" (transformación) como horizontes no sólo simbólicos sino políticos de la experiencia visual. Lo alternativo, pensado desde las políticas culturales aplicadas al campo de las artes visuales, debe ser vivido como lo "alter-activo", expresión acuñada por el sociólogo español Tomás Rodríguez Villasante, en su ensayo sobre lo alternativo y lo alternable, publicado en el diccionario de terminología científico social por la editorial española Antrophos. Esta definición supone la participación (individuos, grupos, redes y movimientos sociales) para alterar/transformar la(s) realidad(es) cultural(es) que nos albergan. Entonces el dilema no puede circunscribirse a participar pasivamente en tal o cual modelo pseudo alternativo (alternable), sino en la capacidad de construir individual y colectivamente "consensos activos" que nos permitan alterar -abriendo la mirada hacia el otro y lo otro- la conservadora hegemonía de lo que nunca cambia y regularmente subordina e inmoviliza la participación de los sujetos. Si lo alter-activo es alter-acción, entonces, lo alternativo no es lo alternable.

El surgimiento de una acción cultural alternativa no está vinculada a seleccionar entre un abanico de acciones más o menos similares, por ejemplo: “antes me gustaba ir al Museo de Bellas Artes a ver los cuadros colgados en las paredes, ahora prefiero ir al espacio XXX (pseudo-alternativo) ya que brinda más confort y seguridad para mirar los mismos cuadros colgados en las paredes”. En esencia este programa no cambia nada, no altera nada. Lo alternativo implica transgredir las propuestas establecidas hasta transformarlas. Dura lo que deba durar. Lo alternativo debe entenderse como lo alter-activo. Por tanto, no debemos sucumbir a la tentación de definir de manera automática como alternativa cualquier iniciativa de la acción cultural tanto oficial como privada. Debemos ser cuidadosos con los usos y sobre todo estar alerta de los abusos del término. Lo alternativo no se define en la apología sino muchas veces precedido de un ejercicio crítico de reflexión. Lo alternativo debería construirse tomando en cuenta el carácter contextual, las relaciones implícitas de poder; la naturaleza ética y estética de las propuestas; su carácter liberador; las identidades de los actores; sus vínculos con las movilizaciones sociales. Entendido de esta manera lo alternativo no sólo muestra y hace explícita una política cultural de carácter emancipador sino que hace explícita y muestra una cultura política que adquiere sentido y pertinencia en el marco del contexto que la alberga.

Las propuestas de carácter alternativo, indudablemente, se debaten entre los controles del Estado y del Mercado, ambos con mayúscula. Su reto es erigirse frente al mercadeo cultural que las convierten en apéndice de las estrategias de imagen publicitaria de las empresas, muchas veces inhabilitándolas para subvertir lo códigos y prácticas visuales constituidas. Asimismo, deben resistir a los mecanismos de normalización, cooptación y adormecimiento burocratizante implícito en las políticas culturales de carácter oficial. Indudablemente el camino para transitar sobre un modelo de rasgos alternativos es complejo. Sin embargo, el contexto venezolano en particular y latinoamericano en general demanda dinámicas que permitan garantizar el ejercicio de la libertad creadora como forma de resistencia. Resistencia a la autocracia unilateral de las políticas culturales, de distintos signos, que no ponen en duda, ni arriesgan sus códigos de representación y se oponen a mirar la realidad más allá de una reducción maniqueísta entre dos cosas, más allá de la estrategia gatopardiana de lo que nunca cambia.

La ONG un espacio abierto a propuestas alternativas

En el marco del surgimiento reciente de iniciativas culturales de naturaleza independiente el historiador, crítico e investigador venezolano Juan Carlos Palenzuela advirtió que: “Un lugar extraño, al margen, absolutamente retador, es la ONG”. Palenzuela con esta afirmación se refería explícitamente a la Organización Nelson Garrido, iniciativa cultural que emerge en Venezuela como respuesta al giro centralista y unívoco de las políticas culturales de carácter oficial, situación que se muestra reforzada por la ausencia de espacios destinados al estudio de la imagen a partir de un claro y explícito proyecto crítico conformado a través de una propuesta pedagógica abierta a la construcción individual y colectiva de saberes y experiencias de carácter alternativo. Es decir, cuyos valores estén centrados sobre la base de las nociones de diversidad, pluralidad, convivencia, compromiso, participación y circunscritos bajo una clara perspectiva de la acción cultural orientada a propiciar la crítica al poder, entendido éste como certeza univoca, antidialógica y unidireccional, en sus diversas formas y modos de manifestación. En este sentido, la ONG se constituye claramente desde una perspectiva política de evidente signo contracultural. Es decir, bajo una explícita conciencia de la cultura política que subyace y conforma a toda política cultural. Entonces la ONG se centra en el estudio de la imagen fotográfica e indudablemente, a través de su praxis, pretende ir más allá de la fotografía.

La experiencia ONG se construye mediante un esfuerzo individual y colectivo estructurado a partir de una filosofía particular que se resume mediante la estrategia de “pedagogía de la imagen” en la cual actúan como principios fundamentales los criterios de calidad, pertinencia y el ejercicio constante de la duda crítica que permita cuestionar las nociones pseudoconcretas que conforman el sentido común que articula, haciendo regularmente invisible al análisis, las complejas realidades que nos conforman y albergan. Dudar como un compromiso ético tal como lo señaló el fotógrafo e investigador español Joan Fontcuberta en uno de los talleres impartidos en la propia ONG: “Dudar no es sólo un requisito para el conocimiento: es un acto político. Y tiene todavía más sentido esta cuestión en aquellos regímenes de escasa transparencia democrática en los que el discurso propagandístico ahoga toda discrepancia. La verdad no existe pero si existiera sería plural".

Por tanto, la ONG se convierte en un ejercicio de pluralidad que va más allá de la fotografía para convertirse en el “espacio de aquellos que no tienen espacio”, así lo define una de sus tantas premisas de acción. Para entender esta perspectiva tan sólo basta imaginar la diversa confluencia que se da cita en sus instalaciones: transgéneros, fotógrafos, homosexuales, anarquistas, líderes comunitarios, artistas visuales, santos malandros, tupamaros, poetas, chavistas, profesores universitarios, movimientos indígenas, grupos de oposición política al gobierno, bailarines, performancistas, maquilladores, gastrónomos, críticos de arte, conformistas e inconformes, críticos, curadores y curanderos, libros muchos libros dispuestos para el disfrute de todos, una azotea que sirve de sala no convencional para conciertos, danza y teatro, un pequeño taller de artes gráficas, en fin todo un ejercicio de cara a propiciar la diferencia desde la fecundidad productiva del encuentro, de la fricción y del roce. Donde el ejercicio del diálogo se torna en un modo cotidiano de ejercer las relaciones entre los actores sociales. Resulta entonces, un pequeño y modesto espacio para modelar al menos temporalmente las relaciones humanas bajo la impronta del espíritu que clama por el ejercicio de la libertad en un ámbito que garantice simultáneamente la igualdad de sus actores. Ahora bien, diferencia entendida no como moda cultural como fue asimilada durante el auge del multiculturalismo de corte anglosajón durante la década de los noventa, sino como una respuesta ética a la visibilidad contingente y dialéctica que surge en las identidades de cada uno de los diversos actores sociales y culturales que conforman nuestras complejas realidades y que regularmente no encuentran espacio para la interlocución en los discursos y agendas que imponen las prácticas culturales ejercidas por las instituciones tradicionales de corte hegemónico y conservador.

Lo importante en el contexto de la ONG es que nadie apela a principios de certezas univocas, el pensamiento único no encuentra espacio, ni cabida. En su lugar la noción de certidumbre y sus pragmáticas discursivas asociadas se constituyen como principios reguladores de las dinámicas relacionales, que se promueven desde una concepción de la acción comunicativa entendida como: dialogal, participativa y emancipadora. De esta manera, las únicas razones son las que se construyen constantemente entre las miradas y las voces de los que participan en el proceso de aprendizaje que supone la ONG como experiencia. Allí la actitud hacia el diálogo se convierte en un ejercicio dialéctico donde, mediante la reflexión crítica y lectura valorativa de las formas visuales que albergan los contenidos que otorgan sentido a nuestras realidades.

Bajo estas perspectivas el funcionamiento de la ONG se estructura mediante una dinámica de redes que se conforman en la medida que se tejen las relaciones que le dan forma. Es decir, son redes que se tejen y se destejen, pero que permanecen en constante interacción y movimiento. Las diversas infraestructuras e iniciativas que se constituyen mediante estas estrategias de acción cultural tienen como característica esencial su carácter flexible y dinámico y obtiene su viabilidad financiera mediante un criterio claro e irrenunciable de autogestión, donde lo vital es garantizar la persistencia del proyecto crítico que le da forma, sustento y sentido; sin ceder a las pretensiones del mercado que todo lo compra sin arriesgar sus códigos y símbolos, sin ceder a las pretensiones del Estado que todo lo compra sin arriesgar sus códigos y símbolos.

A fin de cuenta la ONG se constituye como una experiencia de carácter alternativo ya que de manera explícita se opone a pensar la imagen desde los compartimentos estancos de las disciplinas académicas, o desde el secuestro elitesco y artepurista de las bellas artes, o desde la perspectiva instrumental de propaganda impuesta por la idea de pensar la acción cultural sólo como elementos del “aparato de control ideológico del Estado”, o desde la perspectiva pragmática y adormecedora que promueve el mercado a través de su visualidad mercadotécnica.

La fotografía, en este sentido, no se constituye en un fin. Apenas se erige como un medio y una excusa para abordar y experimentar con nuevas estrategias de organización, para construir y vislumbrar nuevos parámetros de comprensión del hecho estético, para reflexionar sobre el compromiso político y social del creador, para descentralizar y diversificar las iniciativas de carácter cultural, para estimular y catalizar las diversas áreas de la creación cultural. Ya sabemos que no basta con transformar las formas para transformar las realidades. Sin embargo, consideramos que no será posible transformar las realidades si no se asume igualmente el compromiso de alterar las formas. Las políticas siempre acompañan a las poéticas. La cultura desde la visión de la ONG se concibe como transformación: abierto al otro y a lo otro. Entonces, se trata de buscar alternativas transformadoras y no de ambiguas opciones alternables, que permitan comprender y alterar los modos de vida de una sociedad altamente compleja y políticamente polarizada, que a través de las últimas décadas y bajo la dirección de una clase política desdibujada de las realidades nacionales ha sido incapaz de garantizar a los socios, a pesar de la desmesura e hipertrofia de su renta de país petrolero, crecimiento económico y equidad social, política y cultural. Indudablemente la ONG como experiencia alternativa (alter-activa en el sentido que propone Tomás Villasante) establece un horizonte que va más allá de la fotografía.

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