domingo, 25 de enero de 2009

El proceso de lo público en una pieza de arte

Por Daniel Reyes León

Daniel Reyes es artista visual, editor de la revista online Arte y Crítica. El texto que presentamos a continuación aborda la complejidad de los cruces dados en el “proceso de lo público” que hoy explora parte de la producción artística contemporánea, un horizonte que admite múltiples experiencias y que Daniel analiza a partir de su obra “Treintaicinco Letras que Desaparecerán”, realizada en Valencia, España.


“Esa es la primera virtud del ready made: establecer una equivalencia entre elegir y fabricar, consumir y producir. Lo cual es difícil de aceptar en un mundo gobernado por la ideología cristiana del esfuerzo (“Trabajarás con el sudor de tu frente”) o la del obrero-héroe stajanovista”[1]


El espacio público es, de antemano, un espacio construido, un espacio ya producido con fines específicos de tránsito, de convivencia, de servicios, de ocio, etc. Su utilidad es el bien simbólico desde el cual se produce el intercambio entre individuo y una determinada administración de los intereses colectivos. Su aceptación pública se da en el momento en el que se utiliza. En las fronteras de lo espectacular, una obra de arte público transa sus consecuencias tanto con el bien de uso como con la instrumentalización política que le ronda.

"Treintaicinco letras que desaparecerán: versión 1". Escritura con fotograbado solar sobre césped. Biblioteca de Cs. Sociales UV. Octubre 2007 (fotografía: lot70.org)

En sí mismo, el espacio público es la escenografía de un espectáculo donde conviven necesidades sociales y necesidades de la administración, un espectáculo que delimita diferentes tipos de poder, los cuales conviven paralelamente en los estados democráticos o no. En éste sentido el espacio público es un espacio de mediación entre los individuos, la proyección de la administración, los intereses comunitarios, y el uso. Siendo el uso, en un amplio espectro de la palabra, la moneda de cambio con la cual se transa.
La injerencia del arte o de piezas elaboradas con fines socioculturales insertas en una ciudad, llevan a plantearse cruces entre el diseño urbano (mera utilidad), los hitos urbanos (utilidad simbólica), el espectáculo puro (entretención), la ornamentación (sobreutilidad simbólica), la revalorización zonal (utilidad económica), la radicalidad (utilidad performática) y las postproducciones urbanas (utilidad reorganizada). Digamos que estas son llaves de entrada por las cuales la lectura de las obras de arte en el espacio público son comprendidas tanto en los sistemas de circulación mediáticos, como por los relatos que generan. A todas estas áreas las atraviesa el componente lúdico que aportan los grupos etarios inferiores, es decir, el carácter de posible juego que añaden los niños y los no tan niños, que, en la ruptura de la norma utilitaria, amplían la situación escenográfica del espacio público hacia un campo de juegos. Un modo participativo del espectáculo que toma su forma física a partir de modelos virtuales de participación, donde la transformación de los sentidos originales configura formas temporales de interacción y relato.
Pruebas preparativas para "Treintaicinco letras que desaparecerán: versión 2". Valencia, julio 2008 (fotografía: lot70.org)

La experiencia personal que tengo en la construcción de piezas de arte público o realizadas en el contexto del espacio público, se remiten a una serie de performances de tipo radicales, y en un proyecto de escritura pública que vengo desarrollando desde hace dos años denominado “Treintaicinco Letras que Desaparecerán”. Este proyecto consta de tres intervenciones diferentes amparadas bajo las mismas ideas y que adaptan sus formas a los tres espacios diferentes de circulación. La primera etapa, realizada en Valencia (España) en octubre de 2007, se introducía en el marco de la escritura institucional; la segunda, que se lleva a cabo entre octubre de 2008 y enero de 2009 dentro de la Comunidad Valenciana, se encuentra dentro de lo que denomino la escritura urbana. En una tercera etapa, que aun no tiene lugar, el proceso de escritura efímera que da forma al proyecto se enmarcará en una escritura aérea.
Las tres ideas que dan forma a éste proyecto son: la escritura efímera, la identificación de alfabetos en proceso de extinción y el uso del espacio público como parte de la producción.
En el caso de “Treintaicinco Letras que Desaparecerán, versión 2” -una serie de textos escritos en letras de hielo de 50 cms de alto por 44 de ancho, y ubicadas en diversos pueblos alrededor de Valencia- los niveles de acción pública se organizan a partir del eje material-irrupción en espacio público, sin plantearse en ningún momento una situación que cuestione las condiciones del espacio público en su utilidad común. Digamos que la moneda de cambio se centra en la búsqueda de infraestructuras urbanas que soporten el proyecto y en trastocar los lugares de tránsito para proponerlos, en un tiempo limitado, como lugares de lectura.


Este proyecto tiene antecedentes conocidos en “Proyecto Escalofrío” (Ramón Aldunate, Andrés Costa, Manuel del Campo), el cual se proponía “instalar en determinados espacios ciertos giros idiomáticos que pongan en juego la relación que existe entre la palabra y la ciudad, a través de su realización monumental o de índice artístico. Por tal motivo, cada instalación, resume la especificidad de una mirada que quiere interpelar e interrogar los espacios en que cotidianamente se van desarrollando las relaciones del imaginario simbólico de una sociedad y sus correspondientes lugares de recepción.”[2] Así como también en el proyecto OZON de los alemanes Guerrilla Utopia, Diseño Magma. En ambos casos, el material de la obra se componía de letras de hielo que escribían una palabra o frase. Si bien en el primero de ellos, “Proyecto Escalofrío”, la intención era interrogar desde la monumentalidad los aspectos relativos a la vida urbana, en el segundo se asume un carácter efímero en el proceso de descongelación del hielo que forma parte integral de la pieza. El paralelo entre el derretimiento de la capa de ozono y el derretimiento del hielo, establece un trabajo en dos niveles semánticos, desapareciendo la palabra como desaparece el hielo y el ozono. En este sentido, con dos elementos (palabra y material) se extraen una serie de elementos discursivos que sobrepasan el espectáculo mismo de la pieza, centrándose en aspectos relacionados con los procesos efímeros vinculados a la temporalidad del hielo en climas mediterráneos donde la temperatura del aire se encuentra por sobre la temperatura de congelación del agua, entregando, además, un mensaje de atención sobre los problemas de la capa de ozono.


"Ozon". Proyecto desarrollado por Guerrilla Utopia, Magma Design. Alemania (fotografía: lot70.org)

Slavoj Zizek, en “La Suspensión Política de la Ética”, nos recuerda: “Tal vez, entonces, la noción 'no fundamentalista' de 'cultura' como diferenciadora de la religión 'real', del arte 'real' etc. es básicamente el nombre del territorio de las creencias ajenas/impersonales; la 'cultura' es el nombre para todas esas cosas que practicamos sin creer realmente en ellas, sin 'tomarlas en serio'”[3]. Ante lo cual podríamos contestar con palabras de Reinaldo Laddaga: “Todo individuo cuenta (y se cuenta) aquellas historias que son compatibles con la evaluación que realiza del estado en que se encuentra. Por eso la dimensión política de las historias. No es posible hacer política sin contar una historia del presente, donde se anticipen estados de cosas posibles en el futuro”.[4]

“Treintaicinco Letras que Desaparecerán” si bien es un proyecto que tiene como dispositivo final una video instalación, genera en su proceso una serie de obras satelitales, de las cuales se desprenden fotografías, intervenciones urbanas, series de moldes, video registros, una web, etc. Sin embargo, en su origen se plantea como un proyecto de escritura efímera a ser reciclado y retomado desde diferentes aspectos. Como pieza de arte, conjuga una serie de elementos entre los cuales la intervención urbana y la irrupción de la escritura de hielo en la ciudad conforman un material inicial a ser trabajado. A pesar de ello, la intervención urbana en sí es parte fundamental de la construcción total de la pieza, ya que es un área de producción que se encuentra sujeta a las necesarias adaptaciones de los contextos locales. Se trata de una materia prima donde podríamos decir que, sin ser un proyecto de carácter antropológico social, es en la intervención urbana donde se producen nodos de la relación obra-publico y uso-individuos. En cierto sentido es una materia prima basada en una experiencia de la ciudad. Así como Francis Alys paseaba un cubo de hielo, la escritura se pasea por formas de hielo en distintas partes de la ciudad. Su lectura puede estar mediada para que luego de la intervención sean los documentos y registros los que configuren nuevas y diferentes piezas. Sin embargo, de la misma manera que las post producciones puedan ir presentando nuevas lecturas de los mismos textos, la intervención urbana puede replantearse para asimilar nuevamente los contextos en los que se desenvuelve, posicionando la escritura efímera como un pulso urbano en el marco de éste proyecto.

"Treintaicinco letras que desaparecerán: versión 2". Intervención realizada en Picanya, España, diciembre 2008 (fotografía: lot70.org)


El proceso de descongelación de las palabras tarda entre 3 y 6 horas, siempre y cuando nadie las quisiera destruir. En muchos casos, los habitantes de aquellos lugares donde se realizaron intervenciones, tendían a destruir la forma de las letras, para así poder manipular el hielo. La destrucción se hacía con el fin de fragmentar el material hasta hacerlo manipulable, hasta poder asirlo con las manos. Esta necesidad de asir el hielo en las manos generaba una atracción hacia la pieza que, personalmente, justifico en la ubicación geo climática de la zona intervenida, lugar donde el hielo en estado sólido y público prácticamente no existe, y en la necesidad de enfrentarse a escalas humanas reduciendo su monumentalidad. El solo hecho de introducir hielo en el espacio público, sea como texto, como juguete o como material extraño a lo cotidiano, ya genera, en este contexto puntual, una transformación de las condiciones de uso establecido en el espacio público.
La construcción de letras de hielo y su ubicación en el espacio público se basan en la indicación de 35 alfabetos en proceso de extinción. La desaparición de lenguas y alfabetos ha sido una constante a lo largo de las diversas historias que conforman la Historia. Sin embargo, en este caso se han tomado 35 alfabetos que, en su nombre en lengua castellana, coincidan en su letra inicial, con alguna de las letras de la frase “Treintaicinco Letras que Desaparecerán”.

Treintaicinco letras que desaparecerán: versión 2". Intervención realizada en Albal, España. octubre 2008 (registro fotográfico Gonzalo Pérez)


“Toda obra es el resultado de un escenario que el artista proyecta sobre la cultura, considerada como el marco de un relato -que a su vez proyecta nuevos escenarios posibles en un movimiento infinito”.[5]
Dentro del proyecto, la filiación entre los alfabetos en proceso de extinción y la desaparición de una letra de hielo, tiene un carácter formal, al igual que en OZON. El proceso natural del hielo, se asimila como símil de otro tipo de desaparición, en este caso una desaparición cultural producto de la falta de apoyos políticos y educacionales que permitan la sobrevivencia de una lengua y su alfabeto. A su vez, este proyecto, pone en evidencia ciertos procesos globalizantes que anulan los discursos minoritarios, comenzando por sus propias lenguas y formas de escritura.

Esta segunda versión del proyecto se realiza entre los meses de octubre de 2008 y enero de 2009, en el marco de Intracity, comisariada por José Luis Perez Pont.

Las alarmas son el pasado vergonzoso de la cultura del miedo.


Notas

[1] Bourriaud, Nicolas: “Postproducción”, Adriana Hidalgo Editora, (Buenos Aires, 2007). Op Cit. P 22.

[2] Web de la exposición Globalización Matriz Original comisariada por Cristián Gallegos y Álvaro Menichetti, http://www.globalizacionmatrizoriginal.com/artista09.htm recuperado el 11 de agosto de 2008. Se puede descargar el catálogo en PDF.

[3] Zizek, Slavoj. “La Suspensión Política de la Ética”, Fondo de Cultura Económica (Buenos Aires, 2005). P 71

[4] Laddaga, Reinaldo: “Estética de la Emergencia”, Adriana Hidalgo Editora, (Buenos Aires, 2007). P 210-211

[5] Bourriaud, Nicolas: “Postproducción”, Adriana Hidalgo Editora, (Buenos Aires, 2007). P 11 y 12.

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